domingo, 3 de junio de 2012

Las palabras faltan

Quisiera simplemente aprovechar este espacio para agradecer por todo lo que ha sido mi vida a lo largo de este 2012. Comencé el año con un dolor profundo, con una perdida irreparable pero con el agradecimiento de haber compartido durante cierto tiempo las cosas más maravillosas y haber disfrutado tanto de su compañía, amor y amistad. Pero como bien dicen por allí, no hay mal que por bien no venga. Pero en mi caso hubo un desborde de felicidad. Llegó una persona que me devolvió la sonrisa, me devolvió la esperanza, me hizo recuperar la confianza en mi mismo y regresó la paz a mi vida. Ahora entiendo cada lágrima, cada momento vivido en desesperación y tristeza, días de amargura y soledad... tenía que estar listo y preparado para su llegada. Y así fue. Mi familia ha venido a visitarme, han estado al pendiente de lo que voy haciendo y de cómo estoy. No me siento solo, me siento amado por ellos y acompañado desde la distancia. Mis amigos se han mantenido cerca, muy cerca de mí y de mis proyectos. En cualquier parte del mundo donde se encuentran, han sido lo más grande y el soporte que me mantiene de pie en los momentos de mayor dificultad. Comencé un nuevo ciclo escolar, llegaron a mis clases un grupo nuevo de quince personas que han sido un verdadero motor e impulso para seguir siendo profesor, los chicos que me acompañan desde hace ya un año y medio en clases de portugués ya son capaces de leer y escribir el idioma nuevo, para mí es una gran satisfacción verlos triunfar y conseguir sus metas, y los chicos de segundo nivel realmente me alientan a seguir adelante, veo sus esfuerzos y sus logros después de un año. Bien por ustedes muchachos. En la oficina las cosas están bien, mis compañeros de departamento son los mejores. Soy muy afortunado en contar con su cariño y apoyo. Por eso y por tantos detalles, quiero agradecer a quien me sostiene la vida,a quien me da la fuerza de levantarme en los momentos de caída y que me impulsa a seguir adelante con todos los proyectos que me he marcado: mi maestro Jesús. Gracias Dios amigo, cercano, fiel compañero de cada jornada; gracias por que sin ti nada de lo que hay en mis manos tendría sentido. Sólo tú eres quien me da la luz para orientarme en medio de tanta oscuridad. Gracias por cada persona que de cruza en mi camino y que me deja algo de su presencia, de su vida. Gracias de nuevo.