sábado, 22 de junio de 2013

Deseos de luz e inmensidad.


 
 
 
Una luz suave y firme ilumina mi rostro, mientras que una ligera brisa mueve mi cabello con dirección norte. Mi alma se despliega, abre sus alas y pide volar, quiere unirse al viento, desea poder salir del cautiverio donde yo y la sociedad la hemos colocado: en la prisión de la sociedad capitalista. “¡Tengo ganas de volar!” me grita mi alma toda vez que se asoma por la ventana de mis ojos, y las lágrimas que caen sobre mi rostro es el deseo frustrado de esa alma inquieta, presa  del orden y del deber social.

¿Por qué no la puedo dejar volar?


Porque la uso para trabajar, para vivir o sobrevivir en esta nueva ciudad. Al alma no la alimento, está allí, inerte, sedienta, hambrienta de más… quisiera alimentarla pero no puedo: debo trabajar, debo compartir mi vida con gente, con personas que me rodean con o sin razón.

Tengo tantos deseos de soledad, de estar solo con mi alma y escucharla, dejarla expresarse a través de la música, de la literatura, dejarla alimentarse de la lectura, de las bellezas terrenas; ganas de dejarla estar cerca de su Creador, del dueño de su existencia, del Absoluto, del Todo.

Tengo ganas de TRASCENDENCIA y mi alma lo pide, lo expresa, lo necesita… hoy más que nunca lo necesito y para ello debo alimentarme, dejar de estar en ayunas a nivel trascendental y dejarme invadir por el Absoluto, por la magnificencia del que “todo lo puede”, del Creador y de Padre que tanto necesito en eta nueva etapa (tan difícil) en mi vida.

Ciudad de México 12 de Octubre 2010

2 comentarios:

  1. Te escribo por este medio dado que perdí todo contacto contigo y no tengo tus teléfonos ni nada más.

    Muchas Felicidades por tu cumpleaños (ya sé que es mañana). Espero pases un día increíble, que cumplas muchos años más y que coseches éxitos en lo que te propongas. Un abrazo cordial.

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